sábado, 7 de febrero de 2009

Yo si creo en el presidente


Recuerdo que durante al inicio de las postulaciones para presidente de Honduras en el 2005 nadie creía en el ahora presidente, Manuel Zelaya Rosales. Recuerdo que muchos dudaban, y aún dudan, en la capacidad para gobernar del olanchano. Muchos militantes del partido liberal en ese entonces hasta predecían la próxima derrota en las elecciones del 27 de noviembre del 2005. En Tegucigalpa, el presidente Zelaya no era muy querido, según me comentaban varios convencionales liberales, y que “Mel” la tendría difícil ante su adversario, Porfirio Lobo Sosa, candidato del partido Nacional y que pregonaba una campaña de cero tolerancia a la violencia. Recuerdo que una de las primeras acciones que le dieron fuerza al entonces candidato a la presidencia, fue el apoyo del ex presidente, Carlos Flores. Desde ese momento el movimiento del “Urge Mel”, se fue conformando y poco a poco se fue convirtiendo en lo que hasta ahora ya conocemos como historia: Manuel Zelaya Rosales gana la presidencia de la Republica de Honduras con el 49.9 por ciento de los votos.
Hago todo este breve recordatorio para indicar que Manuel Zelaya Rosales, cada semana, cada mes y cada año sigue sorprendiendo a la opinión pública con sus actuaciones, para algunos locas y descabelladas y para otros buenas y a favor de las necesidades de la mayoría de la población de Honduras. Aunque en su primer año de gobierno Mel se vio marcado por una ola de protestas de diferentes grupos sociales y un supuesto resurgimiento del crimen en el país, siempre ha existido una fuerte ola de violencia, y las críticas de sus constantes viajes al exterior Mel Zelaya comenzó con un programa de protección al bosque, a pesar de ser de Olancho, una de las zonas donde sale la mayor cantidad de madera para el consumo local e internacional. Se aprobó el tan cuestionado estatuto del docente, se aprobó la nueva formula de los combustibles y con ello una de las primeras rebajas en el 2007 en los carburantes fue recibida por la población hondureña. También en el gobierno a través del Congreso aprobó el pago del pasivo laboral, que son los derechos adquiridos por los trabajadores en forma directa si sucede una terminación del contrato con o sin causa justificada, así como las indemnizaciones que deben pagársele en los casos en los que no hay causa de despido. Además mejoró los salarios de los policías nacionales, se les brindó nuevos uniformes, se les dotó de municiones y armas, se acortó el periodo para la profesionalización de los policías y se aumentó la cantidad de personal. Mel aprobó además el cuestionado Alba, que brinda beneficios en la factura petrolera y también en otras áreas como tecnologías para producción agrícola, educación y producción de energía. Obtuvo la prorroga del TPS, acordó convertir la base de Palmerola en un aeropuerto Internacional y ya en estos últimos meses aprobó el aumento de salario a 5,500 lempiras para las empresas en el área urbana. Con todos estos antecedentes personalmente puedo decir que Yo si creo en el presidente, a pesar de que muchos lo consideran el Comandante Vaquero, el campechano folklórico o el campesino superado.

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